Una exploración como artista y soldado de Jarrar
El artista multidisciplinario Khaled Jarrar realizó una obra a base de balazos, desafiando a darle un nuevo significado al arte o cuestionando así la utilidad del mismo como una herramienta de propaganda o arma, llamando a esta actuación : “Soy bueno para disparar, malo para pintar”.
Esta presentación se llevó a cabo mediante una actividad el pasado 12 de mayo, donde varios asistentes pudieron apreciar en medio del desierto como el artista disparaba a latas de pintura sobre lienzos para dar por resultado final una obra abstracta.
En esta obra la pintura esparcida, efecto del disparo a la lata, era plasmada en los lienzos, donde uno fue adornado con pedazos de camisas de los asistentes que quisieran parte y recuerdo de la obra y otra donde se encontraba la pieza con la única intervención de Khaled.
Los colores utilizados para esta obra fueron beige, amarillo oscuro, negro, blanco, naranja rojizo y azul, mismos que fueron detonados desde un escritorio con una AR15 con mirilla, una taza de café y una dona. Llevando así el concepto a relacionarlo con los peligros que pueden suscitarse en el día a día.
Más allá del resultado final, Jarrar explora su faceta como artista a base de lo aprendido en el ejercito, con las habilidades que se le enseñaron, principalmente la de disparar, mostrando así una analogía natural de sus habilidades como artista y como soldado.
Así mismo da un uso del Expresionismo Abstracto, el cual menciona que es una forma de arte creada por el hombre blanco para si mismo, donde en este contexto se puede ver como símbolo de supremacía blanca y masculina, así como del colonialismo.
Llegando al final a una reflexión sobre lo que la misma sociedad estadounidense ha logrado con el temor que tienen sobre lo sucedido en la Guerra de Medio Oriente, generando la ayuda involuntaria mediante propaganda indirecta pero efectiva.