El arte de BLU no busca elitismo ni reconocimiento, busca transmitir un mensaje
En la región de Emilia-Romaña, en Italia, BLU comenzó su trabajo por allá de 1999. Una lata de aerosol bastó para que este artista decidiera salir a las calles y zonas industriales de aquella región y diera una nueva narrativa a los espacios urbanos.
A pesar de que el crecimiento artístico de BLU fue gradual, lo cierto es que su estilo lo posicionó rápidamente como un exponente del street art en Bolonia, ciudad donde reside y trabaja actualmente. Asimismo creció su curiosidad por pintar piezas de mayor tamaño.
En este sentido, fue a partir del año 200 cuando BLU fue dando forma a un estilo que combinaba reminiscencias de los cómics con influencias de los videojuegos. Pero, sin duda, uno de los elementos que hasta ahora llaman la atención es el elemento satírico que invaden sus imágenes.
En consecuencia, siempre veremos temáticas en torno a las desigualdades sociales; la injusticia y la insurrección de los sociedades; el capitalismo y el consumismo desmedido; la explotación laboral y la corrupción, etc. En otras palabras, los cánceres que ponen en detrimento a la humanidad.
El impacto del mensaje se vuelve mordaz, pues al artista nunca le han interesado los reconocimientos elitistas; mucho menos el arte inalcanzable o costoso. En contraste, le interesa dar un valor social con sus murales aunque ellos resulten efímeros en cuanto a su tiempo de existencia.
BLU también incursionó en el mundo cinematográfico con el corto Muto
A pesar de ello, sus murales en gran formato lo ayudaron a aumentar la intensidad y el impacto del mensaje. Lo más interesante es que Blu siempre piensa su próxima creación; plantea una temática y anticipa el impacto que ésta podría tener. Un ejercicio genuino de honestidad que busca interpelar e identificarse con el espectador.
Todas estas virtudes le valieron la colaboración con otros artistas de renombre. Es el caso de Dem, Sweza, Run, Ericailcane, OsGemeos, entre otros. Por si fuera poco, también incursionó en el terreno cinematográfico con el cortometraje Muto, filmado en la ciudad de Buenos Aires.
Su trabajo se ha expuesto en galerías y festivales de street art en países como México, Guatemala, Costa Rica, Argentina, Brasil, Alemania, Francia, Inglaterra, entre muchos más. Además, también podemos encontrar parte de su obra en el libro Minima Muralia editada por Zooo.
Finalmente, el trabajo de BLU no es más que su idiosincrasia y su manera de percibir el mundo. Siempre basado en un código ético-social y en una filosofía de código abierto con el fin de abolir males como la globalización o el capitalismo.