La obra de Cerrucha se propone en construir narrativas que evidencien sus preocupaciones sociales
Apenas una semana pasó desde que una obra de Artivismo de la artista mexicana Cerrucha enfundó uno de los trenes del metro de la CDMX. Se trata de una pieza que se gestó en el marco de la segunda edición de “Tiempo de mujeres”, donde participó con la pieza Trinchera.
La obra es un proyecto fotográfico integrado por más de 100 fotografías de mujeres plasmadas en el exterior de un modelo de nueve vagones. En este sentido, decidimos platicar con Cerrucha para que nos comentase acerca de esta significativa intervención.
ACC: En primera instancia, cuéntanos, ¿quién es Cerrucha?
Cerrucha: Yo soy Cerrucha, soy activista feminista. Hago proyectos en espacios públicos, la mayoría de manera colectiva. Mi objetivo es crear espacios y plataformas donde las voces de muchas personas también puedan escucharse.
Utilizo diferentes medios como la fotografía, performance, collage. Para mi lo más importante es el mensaje y la forma; claro, todo dependiendo de lo que se necesite decir.
ACC.- ¿Cómo te diste cuenta del poderoso mensaje que resulta vincular la fotografía con las intervenciones públicas o el arte urbano?
Cerrucha: Para mi no hay tanta distinción; una cosa sigue a la otra. No tengo separada en mi cabeza a la fotografía del street art. Pienso que la fotografía es idónea para el espacio público. Cualquier tipo de arte debe llegar a la mayor cantidad de gente, y un lugar idóneo es la calle. Un espacio democrático por naturaleza. A partir de ello decidí que mis obras pertenecieran al espacio público.
Siempre tengo muy en mente en qué lugar las voy a colocar y qué es lo que voy a decir. De hecho, comencé proyectando videos en las calles haciendo partícipe a la gente para que la experiencia resultara interactiva. Posteriormente comencé en el street art con el proyecto de paste up titulado Invisible.
ACC: ¿Qué busca transmitir Cerrucha al espectador?
Cerrucha: En primera instancia todo dependerá de la temática de la obra. Pero en general pienso que en estos últimos años tomé una línea que habla sobre la violencia de género; un tópico que habla de nuestras mujeres y niñas. Mi obra también busca exponer todos esos prejuicios que viven arraigados en nosotros.
Evidenciar nuestras contradicciones, un ejemplo de ello fue lo que hice con Victorias Aladas, donde cuestiono el porqué debemos ser cuerpos inertes y sin vida para que nos proteja el Estado. Dejo que la obra nos provoque centrar la mirada y discutir sobre un problema social.
ACC: ¿Qué representa ser una mujer artivista en medio de una sociedad machista y misógina?
Cerrucha: En el arte también existe la desigualdad de género y continúa vigente. Por ejemplo, las obras de las artistas se venden menos; exponen menos. El dinero destinado a nuestros proyectos a veces es menos o para aplicar a ciertas becas. En mi caso, ese tema me hizo cuestionarme cosas de mi, como persona y artista.
Muchas veces fue difícil encontrar cabida, porque ni en el circuito del arte y de las galerías tuve tantas oportunidades. Sin embargo, esto cambió un poco, puesto que hay cada vez más cargos en la cultura ocupados por mujeres feministas o con otro tipo de conciencia. En este sentido, se abrió el panorama para recibir los proyectos hechos por mujeres.
ACC: ¿Cómo se gestó tu participación con Trinchera en el fesival “Tiempo de Mujeres”?
Cerrucha: Nos invitaron a muchos artistas para hacer propuestas. Sin embargo, ya tenía en mente hacer un proyecto así. Fue entonces cuando hice un fotomural compuesto por un grupo de mujeres vistas desde una enorme vitrina en el metro Salto del Agua. Yo les propuse a las autoridades del metro hacer algo parecido en los andenes. Les gustó el proyecto y me propusieron colocarlo en un tren; esa serie se llama Estamos Unidxs.
Decidí hacer una nueva línea con siluetas de mujeres titulada Trinchera. Entonces, lo que hice fue crear una convocatoria dirigida a mujeres jóvenes y niñas de toda índole. Todo el proceso fue muy rápido dado a que los calendarios de cultura tenían tiempos apretados.
Me tomó un mes completar todo el proyecto en su totalidad; las fotos se llevaron a cabo en mi estudio y en un lugar a nivel de piso para fotografiar personas con capacidades diferentes. En este sentido, traté que la serie incluyera mujeres de diferentes estratos sociales; de diversos colores de piel; desde niñas hasta mujeres de la tercera edad.
La titulé Trinchera porque nos encontramos en una situación de guerra; principalmente con los padecimientos que sufre la mujer. Entonces, me pareció importante resaltar eso. Además, las mujeres que participaron pudieron vestirse y escribir lo que quisieron. Tuvieron ese espacio para plasmar un mensaje personal. La pieza se extiende hasta la Glorieta de Insurgentes.
ACC: ¿Cuál es tu percepción respecto a la mujer en el street art?
Cerrucha: Definitivamente me di cuenta que hay mucha colectividad. Sin embargo, algo muy interesante es la manera de abordar el discurso en el espacio público. En el caso de los hombres por lo general son tags o bombas; una forma de marcar territorio. Las mujeres no. Nosotras no estamos marcado territorio, buscamos transmitir un mensaje. Una diferencia evidente de cómo percibimos el espacio.
ACC: Finalmente, estamos en un periodo difícil, sin embargo, ¿ya tienes proyectos en puerta? ¿O planes para este año?
Cerrucha: Tenía una exposición con el Laboratorio de Arte Alameda titulada El baile de la güera, el cual se retomará cuando sea posible. Mientras tanto me encuentro creando desde casa. Y una cosa importante es que me cuestioné cómo se puede gestar arte público en medio de un situación como ésta. No obstante, es una buena oportunidad para pensar cómo nos vamos a volver a conectar con el arte de una manera más humana.
