Luz, agua y movimiento: los elementos que dotan de belleza al trabajo de Christy Lee Rogers
Contemplar las fotografías de Christy Lee Rogers es equiparable a estar de pie, en medio de un museo, observando las obras de los grandes maestros del barroco. O al menos eso piensa la crítica respecto al sublime trabajo de esta artista de la lente.
Y es que, en esta serie titulada Musas Rogers experimenta con elementos tan naturales y simples como la luz, el agua y el movimiento. Estos elementos, en conjunción, dotan de belleza y armonía a los cuerpos y sus texturas. En consecuencia, las imágenes logran una expresividad sublime.
En este sentido, al fijar nuestra mirada con detenimiento pareciera que estamos ante una pintura digna de ocupar un lugar en el Louvre. Pues resulta notable el dominio de la artista del claroscuro que brinda la iluminación. Además, para lograr este efecto, toma sus fotografías en la noche.
Cada una de las modelos está ataviada con largos vestidos coloridos y luminosos; por lo que, al sumergirse en el agua, sus atuendos comienzan con ese devaneo de movimientos en un espacio sin peso. Los cuerpos se entrelazan; la gravedad comienza su efecto y la magia viene después de cada disparo.
Las extremidades se ven envueltas por las telas mientras los pulmones de las modelos comienzan un arduo trabajo. Pues, cabe señalar, se trata de un proceso creativo que no resulta al primer intento. Lograr ese toque mágico requiere de largas horas de trabajo y sensibilidad visual por parte de la fotógrafa.
Sin embargo, el resultado de Musas es equiparable a una imagen poética. Pues los componentes de cada fotografía encuentran una simetría entre la técnica y la ejecución (tanto de la artista como de los modelos dentro del contenedor con agua).
Finalmente la artista agrega: “El agua tiene estas dicotomías. Es poderoso y peligroso, pero luego está la belleza. El agua cura y nutre y da vida, y porque creo que así somos los humanos, ¿cómo encontramos ese equilibrio?”.