Artista Shoplfiter en su Instalación Neverscape hecha con cabello

Coloridas instalaciones artísticas hechas con cabello

La artista islandesa crea coloridas instalaciones con cabello


La artista islandesa Hrafnhildur Arnardóttir usa cabello como materia prima para crear sus coloridas instalaciones. Arnardóttir es conocida como “Shoplifter”. Ella usa el cabello trenzado, corto, largo, grueso o delgado. A veces es sintético y otras tantas usa natural.

Artista Shoplfiter sentada en sus coloridas instalaciones Neverscape hecha con cabello
Cortesía: The Australian

Shopfliter ha trabajado por mucho tiempo estudiando el uso simbólico del cabello. Además de la  exploración de su naturaleza, la carga visual y artística. Por ejemplo, en su página web destaca que el cabello es una fibra original y creativa. De ese modo y partiendo de ese elemento, las personas se identifican como seres individuales.

Instalación Neverscape de Shoplifter hecha con cabello de colores sobre la pared blanca
Cortesía: My Modern Met

Aunque se parezca, la configuración es diferente en cada humano y eso es parte de la identidad. Con ésta formamos parte de la sociedad de una manera específica y particular.

Instalación Neverscape de Shoplifter hecha con cabello de colores
Cortesía: My Modern Met

El trabajo de Shopfliter llama la atención por ocupar el cabello como herramienta. Pero su arte no se limita a eso. La exploración de materiales a parte importante de su proceso creativo. Lo alternativo de su obra la ha llevado a trabajar con artistas como Björk.

Instalación Neverscape de Shoplifter hecha con cabello de colores
Cortesía: My Modern Met

El cabello es un escudo, incluso es de lo poco que nos sobrevive aún cuando perecemos. Esa es una de las ideas de la artista y la que la inspira a seguir trabajando con pelo. Todo ello es mostrado en sus instalaciones Neverscape. En éstas ha creado un entorno que puede ser vivido por los visitantes. El entorno es una mezcla de simbolismos de la realidad y fantasía.

Por último, el próximo año su obra obra llegará a la Bienal de Venecia. Entonces podrá representar el nuevo arte islandés con sus paisajes orgánicos y coloridos.