El misterio al fin tuvo solución, pero la historia no acaba ahí
El misterio de los teléfonos de Garfield varados en la costa de Iroise, en Bretaña, Francia, ya tiene una posible explicación. Así que, para los que recuerdan este caso les presentamos la respuesta.
Fue por allá, en la década de los 80, cuando aparecieron las primeras piezas y nadie tenía la más mínima idea de dónde salieron o quién las tiró. Durante los últimos 35 años los teléfonos fueron bañados una y otra vez por las olas del mar.
Y, sin embargo, siguen apareciendo más piezas. Según el Washington Post , el número interminable de teléfonos del gato preocupa ya a los ambientalistas.
Claire Simonin-Le Meur, presidenta del grupo ambientalista Ar Viltansoù declaró que el año pasado se recolectaron 200 piezas de los dispositivos. Una primer teoría era que dichos objetos pudieron ser arrojados desde un contenedor de envío hundido.
“Pensamos que estaba bajo el mar. Pedimos a las personas que eran buzos que lo buscaran. También tenemos muchos submarinos en el área, es un área militar. Pero dijeron que no era posible que el contenedor pudiera estar allí y nadie lo vio”, dijo Simonin-Le Meur.
Un día, mientras la ambientalista limpiaba la playa, un agricultor local se le acercó y le explicó que había visto una caverna llena de teléfonos. A ésta, solo se podía acceder durante la marea baja. Acto seguido, la mujer espero las condiciones adecuadas.
Simonin-Le Meur y un grupo de periodistas encontraron más piezas del teléfono. Y lo mejor de todo, es que una vez dentro, encontraron el contenedor de envío, que para entonces estaba vacío. Finalmente, Simonin-Le Meur espera que la cobertura de noticias alrededor de los teléfonos plásticos de Garfield genere interés en la limpieza de los océanos.