“Es más importante el proceso creativo que la obra concluida”
Pintó el código QR más grande del mundo, hizo el mural más grande que haya tenido Lisboa, y sus obras se destacan por que rompen récords de altura o tamaño. Para Felipe Pantone tiene más sentido mostrar su obra que su cara.
“Prefiero que la gente me conozca por mi obra que por mi rostro”.
ALL CITY CANVAS lo entrevistó durante la inauguración de su exposición Planar Direction con la galería Station 16 durante la Feria de Arte que organiza en cada edición Mural Festival.
Cuéntanos un poco del proceso creativo al pintar en un mural el código QR más grande del mundo
Lo más difícil fue convencer al dueño del edificio que me dejara pintar el código. Al él le daba realmente igual, pero a la gente le gusta la belleza, y los códigos QR son bastante feos, por eso la belleza de este trabajo reside en el concepto.
Pantone comenzó a pintar graffiti en las calles a los 12 años, lo cual determinó su gusto por el arte. Hizo la carrera en Bellas Artes en el Reino Unido. Interesado siempre en realizar obras para el espacio público, el artista ha creado esculturas e imágenes digitales tridimensionales.
La mayoría de tus obras son a gran escala. Lograste hacer el mural más grande en Lisboa y el código QR más grande del mundo, ¿cuál es tu interés por realizar obras que rompan récords, es parte de un estilo artístico?
Es el mismo estilo que hacía con el graffiti. Me gusta que mi trabajo siempre destaque y sea recordado por alguna característica. Entre más grande el espacio y más sitios públicos donde pintar, mejor. Debes adoptar mecanismos para que el trabajo prevalezca y ver de qué manera hacerlo: generándole curiosidad a la gente, hacer que se sientan atraídos visualmente, otorgarle belleza a lo cotidiano, así es más difícil que lo borren.
Es más fácil que borren un graffiti de los que hacía cuando pequeño a que eliminen una obra en un edificio de 17 pisos.
Felipe Pantone ve su estilo artístico como algo actual, del presente. A pesar de las insistentes comparaciones con el op-art de los años 60 (una corriente artística que intenta crear efectos de movimientos en las obras) o con lo futurista, él no se remite a eso, sino algo único que reinventa cada día.
¿Por qué mantener el anonimato?
Mi cara no la elegí yo, no tiene ningún interés. Es más interesante mostrar mi obra, lo que estoy creando a que enseñar mi cara, un rostro que no elegí. Es algo arbitrario, mi cara es de lo menos importante que puedo ofrecer visualmente.
¿Cómo decides lo que vas a plasmar en tu obra? La forma, los colores, el lugar, etc.
Si es en la calle, el lugar me lo da. Debes de trabajar en función a eso. La calle me ofrece cosas que ningún otro lado me da.
En el arte, lo más bonito no es la obra concluida, sino el camino para llegar al resultado: los problemas con los que te enfrentas, la búsqueda de soluciones, las incógnitas, los misterios, y la calle me permite conocer y apreciar de manera más cercana este proceso.
Trabajar en un estudio hace del proceso algo más controlado y lo que más me ayuda a evolucionar son las cosas nuevas, eso me permite seguir buscando lo nuevo y experimentar.