Entrevistas

Gerardo Broissin nos presenta Grafiti DF

Este libro muestra diez años de documentación del Graffiti por Gerardo Broissin


“Grafiti DF” es una publicación creada por Gerardo Broissin que retrata una investigación de diez años sobre el graffiti. Especialmente del que se centra en la actual Ciudad de México, parte de esta documentación está en la expo I-legal de Foto Museo Cuatro Caminos.

Fotografía: David Zuriaga, retrato a Gerardo Broissin

En All City Canvas tuvimos la oportunidad de platicar con su autor y conocer más a fondo la labor de investigación que ha realizado. La cual podría resultar un poco ilógica para muchos, debido al hecho de que un arquitecto documente el mundo del graffiti.

Es por eso que Gerardo Broissin deja completamente de lado su labor profesional en el campo arquitectónico. Para llevar a cabo algo que le apasiona en el aspecto gráfico y social. Pero… ¿Cómo es que inicia la pasión por el graffiti en Gerardo y cómo lo liga con su formación profesional?.

Fotografía: David Zuriaga

La pasión por el Graffiti

 

“El interés  por el graffiti surge cuando estaba estudiando en Los Ángeles, me llamó la atención el nivel de graffiti que estaba allá. Si bien en México ya había visto algo, allá era mucho el nivel. Hay una parte del graffiti que si se vincula estrictamente con la arquitectura. La intromisión y la transformación de un espacio a través de una intervención urbana va de la parte con la arquitectura. Y cuando esto pasa, la arquitectura se transforma y empieza a hablarte de su contexto y su trasfondo, que es algo fundamental para el arquitecto. También hay un vínculo cuando empiezas a hablar con los grafiteros y te encuentras con que algunos de ellos tienen un sentido de la proporción y la escala muy bien marcados”.

Fotografía: David Zuriaga, retrato a Gerardo Broissin

El contexto que se ve en la arquitectura, habla mucho del entorno de cierta pieza arquitectónica. Y esto trae implícitamente el aspecto social, el cual para Broissin tiene mayor valor que un debate sobre el arte.

Yo creo que el graffiti es una expresión que tiene un valor importante en la escena social de cualquier ciudad donde se presenta, y esa expresión merece ser reconocida y documentada en un libro como el que sacamos: Graffiti DF”.

Bajo esta misma premisa de la expresión social, él preferiría se mantuviera fuera del concepto artístico. Ya que los objetivos del concepto cambian la identidad social marcada por cada grafitero. El cual tiene un motivo más personal que interpretativo a un público al que podría ir destinado.

Fotografía: David Zuriaga, retrato a Gerardo Broissin

“Creo que el graffiti como nació debe de mantener su esencia y sería mi ilusión que siempre hubiera esta banda que pinta de manera espontánea. Y más para indicar que ahí están, presentes en una zona específica de alguna ciudad. Creo que esa característica del graffiti es muy valiosa, cuando el graffiti salta a una galería ya se vuelve un medio de expresión diferente que a lo mejor se basa en la técnica del graffiti, o no. Yo disfruto mucho el graffiti que está en las calles, el que de manera espontánea un día lo ves y al día siguiente ya no está. Ir a buscar un graffiti a una galería pierde ese chiste, aunque ahí lo valoras en un aspecto estetico y artistico, que no está del todo mal, pero me encantaría pensar que siempre va a existir el graffiti como nació“.

El Libro


Después de conocer un poco sobre esta pasión por el graffiti, nos adentramos un poco más a “Grafiti DF”. Una publicación que fue presentada en torno a la exposición “I-legal” en el Foto Museo Cuatro Caminos. Donde esta investigación se encuentra reflejada en gran parte de la exhibición.

Fotografía: David Zuriaga

En general, el libro contiene la investigación gráfica y escrita de la escena del graffiti en la Ciudad de México. Conteniendo a los exponentes que más se leen en las calles, así como personas que han hecho posible que se voltee a ver como expresión.

Fotografía: David Zuriaga, retrato a Gerardo Broissin

“Esta investigación llega 10 años después  y como era de esperarse, se tiene internamente un prejuicio de lo que puedes llegar a encontrarte y te preparas para ciertas características en la persona que se hace llamar grafitero. El inicio era como lo esperaba, difícil,  nadie iba a abrirse a un arquitecto y a un grupo de diseñadores que les interesaba hacer un libro. Era complicado y tuve que ir sumando talentos ajenos a la arquitectura, como fue el caso de Javier Huerta que fue un gladiador auténtico y luego se suma Antonio Luna. En particular ellos hacen una labor titánica para lograr captar a los grafiteros y que confiaran en nosotros. Lorena Wolffer confió en el libro y escribió el prólogo cuando teníamos un domi mal hecho. Y eso empieza a sumar adeptos y comienza a sumar gente. La banda empieza a creer en la realización del libro.”

A pesar del lado positivo, hay aspectos que perjudican el buen avance de un proyecto. Y en el caso de este libro, el encontrar con un patrocinador o alguien interesado en invertir fue complicado. Tal vez no por el hecho de ser un libro independiente que documenta parte de nuestro contexto social. Sino por el hecho de ser el graffiti, una actividad marcada por la ilegalidad y el vandalismo.

Fotografía: David Zuriaga, retrato a Gerardo Broissin

“Después caemos en un periodo de aletargamiento de tres años que no avanzamos prácticamente nada. No encontraba financiamiento para el libro y decido seguir con la investigación con mis propios recursos. Al final descubres que ese prejuicio que puedes tener del grafiteros se va desmoronando día a día cuando hablas con ellos y descubres que detrás de todos los grafiteros no hay un pandillero, hay un ser humano y una persona con inquietudes como cualquier ciudadano”.

Y estas inquietudes en la actitud de un grafitero, también fueron experimentadas por Gerardo Broissin. Quien nos menciona que ya con una amistad más fuerte con Kubo, este lo invita a pintar La Bestia. El famoso tren que cruza del sur al norte del país como medio de transporte para los migrantes. Así como la principal ruta para el transporte de diversos materiales que se transportan por todo el país.

Fotografía: David Zuriaga

En la experiencia con Kubo, Gerardo se encontraba a punto de pintar el tren. Instantes antes de hacerlo, con lata en mano, se percata del grave error que, entonces, estaba a punto de cometer. Convertirse en partícipe de su investigación y no actuar como se lo había planteado hasta ese momento. Siendo solo la fuente y el medio por el que se daría a conocer este fenómeno social y cultural.

Por una segunda edición

 

Este carácter social y cultural que se ha marcado en el graffiti es el mismo que lo mantendrá vigente. Y son los mismos factores que influyen en el desarrollo de una investigación que continúa. 

Tenemos toda la intención de hacer una segunda edición del libro, ahora agarramos mucha más credibilidad en el gremio. Nos mostramos como un esfuerzo editorial imparcial e incluyente. Y creo que eso nos va ayudar a captar mucha más información valiosa que merece ser exhibida y presentada”.

David Zuriaga

Música, Artes, Fotografía, Perros y Punk.

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