Crédito: GDC
El activista Alaín Pinzón, director fundador de la asociación civil VIHve Libre y el grupo de artivismo Grupo D3 CHOK3 iniciaron un diálogo el pasado 11 de septiembre en torno a uno de los discursos de odio imperantes en la actualidad: la serofobia.
Fue a través del performance Maquina P.O.P.aganda que este grupo de artistas puso las cartas sobre la mesa para hablar sobre la indetectabilidad o la incapacidad de trasmitir el virus del VIH a otras personas, así como de las acciones directas en la protesta social, las luchas políticas, los activismos, el cuidado social, la serofobia y el rechazo a la criminalización de los cuerpos que viven con VIH.
La serofobia (seropositivo- portador VIH y fobia – miedo) es el estigma y discriminación, basado en el miedo irracional hacia las personas que tienen VIH, evitando cualquier tipo de acercamiento o contacto con las personas que son seropositivas o portadoras.
Amigos contra el sida
Dichos tópicos resultan bastante relevantes, pues en los últimos años la serofobia se ha convertido en un hecho que ha suscitado violencia, discriminación, segregación, prejuicios, falta de empatía y hasta crímenes de odio. No obstante, la ignorancia es el peor de los males pues, desde hace años, los avances biomédicos hacen posible que a través de medicamentos retrovirales la carga viral en el cuerpo disminuya, incluso muy por debajo de los niveles necesarios para la trasmisión.
En este sentido, Maquina P.O.P.aganda inicio con una charla en torno al tema, mientras que los integrantes del Grupo D3 CHOK3 interpretaron los conceptos con el objetivo de desarrollar una campaña visual y publicitaria. Misma que está enfocada en erradicar la criminalización de las personas que viven con el virus del VIH, así como sensibilizar y acercar a las personas a los temas relacionados con la indetectabilidad tras el correcto seguimiento de su tratamiento antirretrovirales TAR.
Además, en el performance se realizaron cuatro bocetos, con el eslogan Indetectable = Intransmisible, acompañados de iconos pop. En cuatro espacios de trabajo cada uno se dispuso a trazar un esténcil con las siluetas de los íconos elegidos sobre material resistente. Mientras tanto, uno de los integrantes realiza una intervención sonora con la frase “El VIH no es un crimen”. Con pintura en aerosol se comenzó a reproducir la imagen.
El primer acto se ha consumado. Tras ocho horas de exhaustivo trabajo y condiciones de trabajo complicadas la máquina ha despertado y con ella una campaña que erradicará la ignorancia y los prejuicios detrás de un virus con el que la humanidad ha luchado por años.
Finalmente, el colectivo de artistas nos invita a apoyar su petición en Change.org para luchar por la Derogación del Delito “Riesgo de Contagio”, pues en la Ciudad de México se criminaliza y estigmatiza a las personas que viven con VIH.
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