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La pandemia del Coronavirus provocó la cancelación definitiva de las Fallas de Valencia y después de unos días, la pieza creada por Escif fue incendiada en la madrugada sin público alguno
El Coronavirus fue declarado oficialmente una pandemia por la OMS y uno de los países que está padeciendo esta enfermedad es España a tal grado que eventos como las Fallas de Valencia fueron cancelados definitivamente debido a la gravedad de la situación.
Un hecho inédito que nadie imaginaba pondría pausa a una de las tradiciones más importantes de Valencia sufriría su cancelación definitiva debido a un fenómeno global como este. Tal pareciera que Açò també passarà fuese un título premonitorio para lo que pasaría con el COVID-19.
De las cuatro fallas, la pieza principal de más de 20 metros creada por ESCIF ardió en llamas la madrugada de ayer en medio de una ligera lluvia. Lo habitantes de valencia se encuentran confinados en sus casas, por lo que el espectáculo sólo fue presenciado por un retén de bomberos y policías. Mientras tanto las otras tres figuras permanecen intactas, pues se planea retomar los festejos y la quema de las mismas en julio.
“La crisis del coronavirus es una crisis mundial muy difícil de combatir. No existe vacuna contra la enfermedad y las infraestructuras sanitarias se quedan pequeñas ante la velocidad de propagación. Se esta demostrando que las únicas armas que tenemos para combatir esta crisis son la paciencia, la calma y la esperanza.
Tenemos que conseguir desacelerar el movimiento de la sociedad el tiempo suficiente como para que la gente ya infectada pase la enfermedad y no la siga propagando. Paciencia, calma y esperanza. Estos son precisamente los valores que transmite la gran mujer meditando en la plaza del ayuntamiento. Esto también pasará.
Una de las funciones primarias de la cultura es la de reforzar el imaginario simbólico de cada sociedad. El arte tiene esa capacidad mágica de trabajar con el subconsciente colectivo de toda una sociedad. La batalla contra el Coronavirus es una batalla de comunicación y concientización. El buen uso de los medios y de los símbolos será aquí crucial para conseguir restablecer la calma.
Es por estos motivos por los que proponemos mantener la gran meditadora en la plaza, hasta que se reanuden las fallas. Un símbolo de paciencia, calma y esperanza tan necesario en estos días. Permitamos que el mundo entero se apoye en Valencia para superar esta crisis. Regalemos al mundo el antídoto para superar esta crisis. Paciencia, calma y esperanza.
En cuanto a los aspectos técnicos derivados de tomar una decisión como esta, entendemos que los costes de desmontar, almacenar y volver a montar la falla serían infinitamente más elevados que los costes, ya casi cubiertos, de mantener la estructura en la plaza por un tiempo acotado. La estructura de esta falla es muy fuerte y podría fácilmente aguantar seis meses intacta.
Podría considerarse que el monumento ocupa un espacio de transito. Pero entendemos que la previsión de peatonalizar la plaza acompañaría esta decisión. Igualmente se podría delimitar con una pequeña verja el perímetro real del monumento para facilitar el flujo de peatones en ambos lados de la figura. Esto también pasará”, declaró Escif.
Además, añadió lo siguiente respecto a la quema de la obra: “Ayer se quemó el cuerpo de la meditadora. Con ella se quemaron muchas cosas. Se quemaron 4 toneladas de madera. Se quemó un año de trabajo intenso y maravilloso. También se quemó la posibilidad muy tangible de ver la figura de la meditadora en la plaza como un símbolo histórico, universal y revolucionario. Se quemó el cuerpo de una mujer meditando en el centro de una crisis mundial, en el centro del ruido que un virus silenció.
No es este el final que esperabamos. Tampoco lo son las circunstancias. La magnitud de esta figura ya nunca podrá ser. Quizás otra mujer, quizás una parte de esta, quizás solo el recuerdo, quizás solo su ausencia. Afortunadamente, más allá de la forma, su mensaje si ha trascendido. La mujer meditando nos cuenta que todo es impermanente.
Nada es para siempre. Superaremos el vacío de estas fallas. Superaremos la cuarentena. Superaremos esta crisis. Superaremos el nuevo orden mundial. Lo superaremos todo, incluso la vida en este plano material. Y el mundo seguirá girando. 360 grados en 24 horas.
Esto no es el final, sin duda. Solo es el fragmento de un ciclo mayor. De las cenizas de esta mujer, nacerán flores vivas. Y pequeños insectos esparcirán sus semillas. Semillas de conciencia, de paz, de humanidad. Semillas de luz que nos ayuden a afrontar el nuevo mundo que estos días esta naciendo.
Meditar es el ejercicio de entrenar nuestra conciencia en la aceptación de la impermanencia. Los pensamientos vienen y van. Las experiencias vienen y van. Lo material viene y se va. El día dará lugar a la noche que dará lugar al día. Todo se mueve todo el rato. La realidad es cambiante y efímera. Estamos viviendo un momento incierto que no sabemos donde nos llevará. Escuchemos lo que esta mujer meditando nos cuenta. Esto también pasará.
Gracias también a la gran movilización de apoyo que ha surgido espontaneamente estos días. La falla municipal no es de los artistas, ni del Ayuntamiento, ni de los turistas. La falla municipal es del pueblo y vosotr*s la habeis hecho vuestra. Gracias de nuevo.
Finalmente, sólo habrá que esperar a ver cómo evoluciona el control de la enfermedad y si los organizadores de las Fallas de Valencia consideran viable posponer el festival para verano o quizá cancelarlo.
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