La fotógrafa austriaca Inge Prader dentro de su vasto trabajo visual, que explora el montaje de espacios y la interacción de la dirección de arte con sus protagonistas, elaboró una serie que recrea a modo de homenaje en montajes, algunos de los trabajos más icónicos del gran Gustav Klimt.
Con una precisión de admirar, los modelos posan de una manera exacta duplicando a los modelos de los cuadros cubiertos de dorado, característico de Klimt.
A pesar de que las fotografías provienen de una idea pre-concebida adquieren vida por sí solas también. Tienen un aura de esoterismo y carnaval, que parecieran querernos transportar a un mundo lleno de exceso.
De la serie resalta en particular la pieza de “Death and Life” que de gran manera retrata las texturas características del pintor, y las convierte en un pedestal donde el momento se desarrolla de manera dramática, y la mirada de los modelos dota a este simbólico cuadro de algo un poco aún más aterrador.
El trabajo de la fotógrafa tiene grandes dotes con los cuales defenderse, y sigue dejando abierta la oportunidad de seguir explorando las reinterpretaciones entre técnicas, ya que sin duda elementos particulares de cada una, fusionados están ofreciendo resultados interesantes.
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