El dúo de artistas Monkey Bird celebra así uno de los recintos arquitectónicos más hermosos de España
StARTer Proyectos Culturales presentó el primer muro de Monkey Bird para el proyecto Mymesis, Beings and Places, en el marco del VIII Centenario de la Catedral de Burgos. En esta pieza se fusiona el arte urbano con el legado de las grandes tradiciones artísticas de España.
Dato cultural: esta catedral fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984, y en ella han intervenido numerosos creadores y mecenas que soñaban con construir un lugar único y sagrado. Uno de los aspectos más notables de este palacio es cómo refleja una rica sucesión de estilos artísticos, que van del gótico clásico al barroco. Esto dio como resultado un edificio ecléctico pero profundamente armonioso.
Este mural retoma algunos elementos clásicos y mitológicos
Actualmente, el recinto es un ícono cultural, mismo que ha inspirado a numerosos creativos y artistas para gestar nuevos proyectos para su intervención. Tal es el caso del dúo Monkey Bird, quienes transfirieron el universo de símbolos que los caracteriza.
Como siempre, el trabajo de Louis Boidron y Edouard Egea fascina por su estética monumental plagada de referencias mitológicas y arquitecturas clásicas; también por el código singular de color que les dota una identidad única en el escenario internacional del arte urbano. En este sentido, los artistas rindieron homenaje a la comunidad de artesanos y constructores que con su minuciosa y exuberante obra dotaron a la Catedral de Burgos de su singular belleza.
“Nuestra intención era ofrecer un efecto de compleja profundidad y monumentalismo, combinando algunas de las más espectaculares referencias del templo, como el retablo mayor, con sus múltiples detalles, la Escalera Dorada o el óculo circular al centro de la fachada de Santa María”, comentaron.
Además, como símbolo de buena suerte para la comunidad, los artistas plasmaron en el centro del mural al protector del pueblo, el Ángel Custodio. Bajo la apariencia de una garza real, la imagen se muestra como símbolo de luz y renacimiento, flanqueada por dos ángeles cuyos modelos originales se encuentran en la parte superior del templo. Esta catedral es única en España en cuanto a acabados realizados con esculturas de ángeles.
Por otro lado, los pájaros alrededor del óculo representan una tipología de aves llamadas “papamoscas cerrojillo”, que suelen anidar en las cavidades de la piedra, haciendo una conexión con el nombre del famoso autómata con el que cuenta la catedral. El proyecto Mymesis, Beings and Places busca generar un diálogo visual con el público sobre el patrimonio cultural contemporáneo.
Finalmente, el mural se concretó gracias a la colaboración de la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos, la Alianza Francesa de Burgos, la Embajada de Francia en España, así como a los colores de Montana.