Las obras de MonkeyBird y Telmo Miel dotaron de color y significado a la ciudad de Boulogne
El Festival de Arte Urbano de Boulogne, en Francia, terminó con éxito su edición 2020, con lo cual se retoman oficialmente las actividades del arte urbano en aquel país; de dicho festival destacaron las piezas de MonkeyBird y Telmo Miel cuyos murales nos hablan de la importancia de preservar la vida natural.
Un claro ejemplo de esta idea es la pieza de Telmo Miel, el dúo de artistas que retomó la figura de los cernícalos como protagonistas principales. Estas aves son consideradas especies de rapiña y deambulan en los alrededores de Boulogne. Además, son consideradas una especia en inminente peligro de extinción.
A partir de esta idea los artistas crearon Gardien de Crécerelle o Guardián de los cernícalos. Es por ello que la silueta de una mujer con cuatro brazos que representan distintas formas de pensamiento, se convierte en la “guardiana” de estos animales.
En una de sus manos sostiene una especie de palo donde se posan los frágiles cernícalos. Esto es una muestra simbólica e la gran responsabilidad que el ser humano tiene con las especies en peligro de extinción y en la forma de relacionarse con los ecosistemas.
Por su parte los artistas franceses de MonkeyBird crearon un enorme mural de 8 x 9 metros con su técnica de esténcil y tiras de papel que tanto los caracteriza. La obra se titula L’échassier la cual vuelve a retomar el motivo recurrente de las obras de este dúo de artistas: el antropomorfismo simbólico.
Para ello crearon una enorme silueta de un mono que pareciera estar saltando de una rama a otra en medio de un ambiente selvático, pero también en ruinas. Más abajo podemos apreciar otros pequeños monos que deambulan por la escena y en la parte superior un cuervo que se posa con parsimonia sobre una rama. El leitmotiv del mono y el ave queda consumado.
Finalmente, no se pierdan el segundo mural que Telmo Miel creó para el festival, del cual les hablamos en una entrega anterior. Échenle un ojo a la nota.
