Kanye West dona $ 10 millones para que la obra maestra de Turrell se exhiba durante los próximos 5 años
El ‘Roden Crater’, la obra maestra del artista James Turrell que inició en los años 70 verá la luz. Este trabajo a gran escala surgió cuando pasó una noche en el cráter de un volcán ubicado en Arizona, Estados Unidos.
Se trata de un volcán de ceniza natural ubicado en el Desierto Pintado. Desde aquella noche, Turrell se ha dedicado a convertir el cráter en una pieza de arte a gran escala. Ésta se relaciona con el universo del cielo, la tierra y la cultura a través de la luz.
La intervención yace en la forma natural del cráter Roden. Es una serie de salas, caminos, túneles y aberturas hacia el cielo. Todo está ubicado dentro y alrededor de la superficie del cráter. Ahí se podrá medir el paso del tiempo a través del movimiento de las estrellas y los planetas. Podría decirse que es una metáfora arquitectónica sobre nuestra relación con el tiempo.
El cráter se concluiría pronto
Lo curioso es que sólo pocas personas han experimentado la obra maestra desde su creación. De hecho, ellos pudieron acceder porque pagaron mucho dinero para visitarlo. Ahora, la asociación de la Fundación Skystone con la Universidad Estatal de Arizona y el Museo de Arte de los Ángeles abrirán las puertas a más gente. Se persigue recaudar $ 200 millones de dólares para completar la obra con nuevas extensiones. Además, tras darse a conocer el proyecto, Kanye West visitó el espacio y donó $ 10 millones para su conclusión.
James Turrell es un artista californiano nacido en Pasadena, Los Ángeles. Estudió percepción psicológica, matemáticas, geología y astronomía. Luego en la universidad tuvo sus primeros acercamientos a los trabajos sobre proyección de luz. En 1967 se presentó en su primera exhibición individual en el Museo de Arte de Pasadena. Se llamó Projection Pieces y usó proyectores para intervenir los espacios a través de la luz.
La vida y carrera de James Turrell ha estado llena de luz, espacios y metáforas. Sin duda, es un proyecto ambicioso que merece ser conocido y mostrado a todo el mundo. Sobre todo por su complejidad y por el motivo con el que se realizó. De esa manera, nos reconoceremos finitos y conectados con el entorno que nos rodea… ¡Y qué mejor que en el desierto de Arizona!