Labubu: De Monstruo de Cuento a Ícono Global del Hype
Cómo Pop Mart convirtió las cajas sorpresa en una máquina de hacer dinero de $50 mil millones de dólares.
En el vertiginoso universo de la cultura pop, donde las tendencias nacen y mueren a la velocidad de un scroll, pocos fenómenos logran trascender la pantalla para convertirse en auténticos íconos culturales. Labubu, el adorablemente monstruoso elfo de dientes afilados, es uno de ellos. Lo que comenzó como un personaje secundario en un libro de cuentos de un artista de Hong Kong, ha mutado en un imperio de coleccionables de mil millones de dólares, un accesorio de moda codiciado por celebridades y un símbolo del creciente poder blando de Asia en el escenario global. Esta es la historia de cómo un pequeño monstruo se comió al mundo.
El Arquitecto del Monstruo: Kasing Lung y sus Mundos Interiores
Para entender a Labubu, primero hay que entender a su creador, Kasing Lung. Nacido en Hong Kong en 1972, Lung es un producto de dos mundos. Su infancia transcurrió entre la vibrante megalópolis asiática y la tranquila vida de campo de los Países Bajos, una dualidad que influiría en toda su obra. Esta crianza bicultural le expuso a una mezcla de influencias: por un lado, las épicas novelas wuxia de Jin Yong que leía en chino; por otro, los oscuros y maravillosos cuentos del folclore nórdico que devoraba para aprender neerlandés. De esta mezcla de mitologías, de héroes marciales y de traviesos espíritus del bosque, nacería el universo de "The Monsters".
Lung no empezó diseñando juguetes. Su carrera despegó en el mundo de la ilustración, trabajando para Culturecom en Hong Kong durante la década de los 90s. Sin embargo, la crisis del SARS a principios de los 2000 le empujó a buscar nuevos horizontes en Europa, estableciéndose en Bélgica. Fue allí donde su carrera dio un giro, adentrándose en la ilustración de libros infantiles y ganando premios por su trabajo. Pero la verdadera revolución llegaría en 2010, cuando decidió dar el salto al diseño de juguetes de autor, un nicho que en Asia estaba a punto de explotar.
Labubu debutó en 2014 como parte de la serie "The Monsters", una familia de criaturas fantásticas que habitan en un mundo imaginario. Inspirado en los elfos y duendes de las leyendas nórdicas, Labubu destacaba por su apariencia única: orejas largas y puntiagudas, una sonrisa traviesa llena de dientes afilados y unos grandes ojos curiosos. Era una estética "cute-creepy", adorable y ligeramente inquietante, que conectaría de forma instantánea con una generación que busca la individualidad más allá de lo convencionalmente bonito.
Pop Mart: La Fábrica de Hype y el Imperio de las Cajas Sorpresa
Si Kasing Lung es el padre de Labubu, Pop Mart es la maquinaria que lo convirtió en un fenómeno de masas. Fundada en 2010 por Wang Ning, Pop Mart empezó como una modesta tienda de variedades en Beijing. Sin embargo, Wang Ning tenía una visión mucho más ambiciosa: transformar la compra de juguetes en una experiencia, en un acto de descubrimiento y coleccionismo. La clave de su éxito fue la adopción del modelo de "blind box" o caja sorpresa.
El concepto es simple pero adictivo: cada serie de figuras se vende en cajas selladas, sin que el comprador sepa qué personaje le va a tocar. Esto genera una emoción similar a la de un juego de azar, incentivando la compra repetida en la búsqueda de la colección completa o de las figuras más raras y codiciadas. Pop Mart no inventó las cajas sorpresa, pero sí perfeccionó el modelo, combinándolo con un diseño de producto impecable, colaboraciones con artistas de renombre y una estrategia de marketing digital muy agresiva.
En 2019, Pop Mart firmó un acuerdo de licencia exclusiva con Kasing Lung para producir y distribuir las figuras de Labubu. Fue la unión perfecta: la visión artística de Lung y el músculo comercial de Pop Mart. La popularidad de Labubu se disparó. Las tiendas de Pop Mart, con su diseño futurista y sus paredes repletas de cajas de colores, se convirtieron en templos para los coleccionistas.
El crecimiento de Pop Mart ha sido meteórico. La compañía salió a bolsa en Hong Kong en 2020 con una valoración de 7.000 millones de dólares. Hoy, su capitalización de mercado supera los 50.000 millones, superando a gigantes de la industria del juguete como Mattel. Los ingresos de la compañía se han duplicado año tras año, impulsados en gran medida por el éxito arrollador de Labubu.
El Contagio Viral: Cómo Labubu Conquistó las Redes Sociales
El verdadero punto de inflexión para Labubu llegó en abril de 2024. Lisa, la superestrella del grupo de K-Pop BLACKPINK, publicó una foto en sus redes sociales mostrando su colección de Labubus. El post se hizo viral al instante, acumulando millones de "me gusta" y comentarios. De la noche a la mañana, Labubu pasó de ser un objeto de culto para coleccionistas a un accesorio de moda imprescindible para la generación Z.
El "efecto Lisa" fue solo el comienzo. Pronto, otras celebridades como Rihanna, Kim Kardashian, Dua Lipa y David Beckham fueron vistas con sus propios Labubus, consolidando su estatus de ícono de la cultura pop. En TikTok, la tendencia de colgar un Labubu en el bolso se convirtió en un fenómeno, especialmente en combinación con los mini bolsos de Trader Joe's, creando una extraña pero irresistible sinergia de hype.
Las redes sociales se inundaron de "unboxing" de Labubus, de tutoriales para customizarlos y de tours por colecciones personales. Se crearon comunidades online en Reddit y Facebook donde los fans podían intercambiar, comprar y vender figuras, así como discutir sobre la autenticidad de los productos, un problema creciente dada la explosión de falsificaciones.
El impacto de Labubu en las redes sociales ha sido un factor clave en su éxito global.
Labubu se convirtió en un lienzo para la expresión personal. Su diseño versátil permitía a los fans vestirlo, pintarlo y modificarlo, creando piezas únicas que reflejaban su propia identidad. Para muchos, coleccionar Labubus no era solo un hobby, sino una forma de pertenencia a una comunidad global unida por la pasión por estos pequeños monstruos.
Labunomics: El Monstruo que Devora el Mercado Global
El impacto económico de Labubu es tan impresionante como su ascenso cultural. En 2024, la línea "The Monsters" de Pop Mart, liderada por Labubu, generó más de 3.000 millones de RMB (unos 420 millones de dólares), representando casi una cuarta parte de los ingresos totales de la compañía. Las ventas de peluches de Labubu se dispararon más de un 1.200% en un solo año. El precio de venta al público de un Labubu oscila entre 13 y 85 dólares, pero en el mercado de reventa, las figuras más raras pueden alcanzar miles de dólares. En junio de 2025, una muñeca Labubu de 131 cm se vendió en una subasta en Beijing por la asombrosa cifra de 1,24 millones de yuanes (unos 172.800 dólares).
Este frenesí de compra ha llevado a algunos economistas a hablar de "Labunomics", un término que describe la irracionalidad económica impulsada por la escasez percibida, el apego emocional y el estatus social. Algunos incluso han sugerido, medio en broma, que la popularidad de Labubu podría ser un indicador de recesión, ya que los consumidores buscan consuelo y escapismo en objetos coleccionables en tiempos de incertidumbre económica.
El éxito de Labubu no se limita a Asia. Pop Mart ha llevado a cabo una agresiva estrategia de expansión global, abriendo tiendas en Norteamérica, Europa y Australia. En Estados Unidos, los ingresos de Pop Mart crecieron más de un 550% entre 2023 y 2024. Lo que antes era un fenómeno predominantemente chino, ahora es una marca global. Se espera que en 2025, casi la mitad de los ingresos de Pop Mart provengan de fuera de Asia.

Labubu es la punta de lanza de esta expansión, un embajador del "soft power" cultural chino. Su éxito demuestra cómo las marcas asiáticas están redefiniendo las tendencias de consumo a nivel mundial, desafiando la hegemonía cultural de Occidente y demostrando que la creatividad y la innovación pueden surgir de cualquier rincón del planeta.
El Futuro del Monstruo: Más Allá del Hype
¿Qué le depara el futuro a Labubu? ¿Es una burbuja a punto de estallar o un ícono cultural que ha llegado para quedarse? La historia de los juguetes coleccionables está llena de modas pasajeras, pero Labubu parece tener algo diferente. Su atractivo no reside solo en su diseño o en su rareza, sino en la historia que cuenta: una historia de dualidad cultural, de creatividad sin fronteras y de una comunidad global unida por la pasión.
Pop Mart tiene planes ambiciosos para Labubu, que incluyen parques temáticos, videojuegos y series de animación. La compañía aspira a convertirse en un imperio del entretenimiento al estilo de Disney, con Labubu como su Mickey Mouse. Es un objetivo audaz, pero si algo nos ha enseñado la historia de este pequeño monstruo, es que no hay que subestimar el poder de un buen personaje.
Labubu es más que un juguete. Es un lienzo en blanco, un símbolo de estatus, un objeto de deseo y un refugio emocional. Es un reflejo de nuestro tiempo, una era de hiperconectividad, de cultura global y de una búsqueda constante de autenticidad en un mundo cada vez más homogéneo. Y mientras esa búsqueda continúe, es probable que sigamos viendo a este adorable monstruo sonriendo desde los bolsos, las estanterías y las pantallas de todo el mundo.