Cortesía: Washington Post
Hay una pintura de Trump que se hizo viral por su composición y porque esta colgada en la Casa Blanca. El autor del cuadro tan mencionado es Andy Thomas. Él es un pintor storyteller que usa temas de la historia de Estados Unidos para crear sus obras.
El arte de Thomas está lleno de acción y vaqueros. Lo curioso aquí es que él no sabía que su obra estaba colgada en alguna pared de la Casa Blanca . Él se dio cuenta cuando su esposa le mostró la nota en el televisor. Eso y cuando escuchó que el teléfono no paraba de sonar mientras trabajaba en algo nuevo.
La composición muestra a ex presidentes republicanos de EEUU conviviendo con Donald Trump. El ambiente es relajado, como de una fiesta ordinaria; hay desenfado y camadería. El Presidente aparece bebiendo un vaso de Coca-Cola de dieta y sonriendo de una manera extraña. Usamos ese adjetivo, por no decir “macabra”. Da un poco de miedo porque no distingue a donde dirige su mirada mientras dedica una sonrisa retorcida.
El alboroto por la pintura viene luego de que el pasado septiembre se viera a Trump haciendo algo inusual. Bueno, inusual para un mandatario que tiene mil reflectores encima cada segundo de su vida. El Presidente de los Estados Unidos brindó con un kalimotxo. Ésta es una bebida que, efectivamente, existe y algunos la repudian porque básicamente es vino revuelto con soda. La combinación es de origen español, aunque muchos dicen que es neoyorquina. Y sí, Trump la bebió en un brindis con líderes mundiales en una asamblea de la ONU. La nota en aquella ocasión destacó que el Presidente vertió una Coca-Cola de dieta a su copa de vino.
Los titulares de aquella acción trajeron al presente aquel tweet que publicó hace algunos años. “Jamás he visto a una persona delgada tomar Coca-Cola de dieta”, dijo en 2012.
Uno de los detalles destacados del cuadro es que aparece una imagen femenina acercándose al grupo de hombres. Thomas ha dicho que “podría ser la primera presidenta dirigiéndose a la mesa con el resto de los presidentes”. Además, la mujer aparece en todos los cuadros de la misma temática. Otro argumento del artista es que el 50% de los representados (ciudadanos) son mujeres. También destacó que no quería que en su obra sólo aparecieran hombres.
Andy Thomas regaló la pintura a Trump; luego él se comunicó para hablar con él. “La mayoría de los retratos que hacen de mí no me gustan” es lo que le dijo al pintor. Y eso le pareció un buen gesto, pero estaba lejos de imaginar que reconocería su trabajo colgando el cuadro. A pesar de dedicarse a ello y haber pintado a varios políticos, pocos han reconocido su labor.
Bueno, si algo tenemos claro es que si no le gustan todos sus retratos, será porque siempre sale satirizado. Seguro que eso fue algo que Trump agradeció después de tantas caricaturas que han hecho de él. Tal vez lo colgó porque jamás imaginó que alguien lo pintaría bien, sin distorsiones…
By the way, ¿ya vieron las caricaturas de Jim Carrey sobre Trump?
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