La obra de Simone Saunders muestra las desigualdades que sufren los jóvenes afroamericanos
Resulta interesante observar las diferentes perspectivas que hay en torno al tema del racismo;una de ellas es la de la artista Simone Saunders quien presentó recientemente su serie de obras textiles en el marco del Social Distancing Festival.
En dicho evento Saunders participó junto a la artista negra Tekikki Walker, quienes unieron su creatividad para gestar el proyecto This Ain’t No Video Game, We Want Outta this Circus. El eje temático de esta serie fue un artículo periodístico en el Washington Post que Walker compartió a Saunders.
Dicho artículo describía los crecientes temores entre los jóvenes negros en E.E.U.U. de usar cubrebocas en los espacios públicos para protegerse de COVID-19. Esta acción provocaba que la policía los perfilara como delincuentes o pandilleros. “A partir de ahí, comenzamos a trabajar e intercambiamos cosas que leíamos en las noticias”, dice la artista.
A partir de esta idea el trabajo de la artista muestra siluetas de jóvenes portando cubrebocas tratando de ocultar su identidad ante la mirada policial. Sus piezas señalan el racismo sistémico contra las comunidades marginadas de este país. Particularmente a los pueblos indígenas que sufren abusos contra sus derechos humanos.
Saunders también se inspiró en lo que se vive al sur de la frontera, particularmente por los jóvenes afroamericanos y el caso del fallecido George Floyd. Lo más interesante es su técnica en el uso de textiles, específicamente en la creación de estos tapetes con un discurso de lo más contestatario.
“Hay un aspecto político en la fabricación artesanal. A través del tejido y las fibras, piensas en el lenguaje del tejido y la interconexión. Hay una conexión directa con mi ascendencia y realmente construyo estos textiles táctiles; coloridos y vibrantes que no son solo pinturas para poner en la pared. Es algo diferente y único y, para mí, eso habla de mi herencia negra”.
Finalmente, estas son algunas de las imágenes que resultaron del proyecto This Ain’t No Video Game, We Want Outta this Circus, cortesía de la artista.