Descubre la historia y la controversia detrás de la subasta del esqueleto del T-Rex Trinity y el meteorito marciano Red Colossus, y el debate sobre la responsabilidad de coleccionistas privados en la preservación de tesoros científicos.
Hoy se subastó el cráneo del T-Rex Trinity por 5.3 millones dólares. Muchos se manifestaron en desacuerdo por esta venta. Entérate aquí de la controversia.
Trinity, el tercer esqueleto de Tiranosaurio Rex en subasta a nivel mundial y el primero en Europa, es sin duda una pieza única y extraordinaria. Este imponente depredador vivió hace 67 millones de años y ha sido reconstruido con 293 piezas que provienen de tres fósiles diferentes, encontrados en Hell Creek (Montana) y Lance Creek (Wyoming), Estados Unidos, entre 2008 y 2013.
A pesar de que la subasta de esqueletos de dinosaurios genera controversia en el mundo científico, Trinity ha atraído la atención de coleccionistas y aficionados a la historia natural. La casa de subastas suiza Koller ha anunciado que el esqueleto de Trinity será subastado el 18 de abril en Suiza, en un evento llamado “Fuera de este mundo”.
Subastar tesoros científicos como Trinity ha generado debates en la comunidad científica, ya que algunos argumentan que estos valiosos descubrimientos deberían estar en museos y centros de investigación en lugar de en manos privadas. Sin embargo, es importante destacar que estos esqueletos ya estaban en manos privadas antes de la subasta, y simplemente están cambiando de dueño.
Trinity no es el primer T-Rex subastado. El primer T-Rex en subasta fue Sue, que se vendió por 8.4 millones de dólares, seguido por Stan, uno de los esqueletos de T-Rex mejor conservados, que alcanzó los 31.8 millones de dólares en 2020. El precio de Trinity fue de 5.3 millones de dólares.
El afortunado comprador de Trinity recibirá el fósil en nueve cajas de madera de diferentes tamaños. El precio de compra incluye el montaje completo del esqueleto a cargo del equipo del Museo Suizo de Dinosaurios en Aathal, que ya ha armado y desarmado a Trinity en dos ocasiones previas.
Además de Trinity, la subasta “Fuera de este mundo” también incluyó el meteorito marciano Red Colossus. Este meteorito, que pesa 2.145 gramos y mide 16,6 x 11,5 x 9,3 centímetros, es uno de los meteoritos provenientes de Marte más grandes jamás encontrados. Al igual que Trinity, Red Colossus es un tesoro científico que despierta la fascinación de coleccionistas y aficionados a la astronomía.
La subasta de Trinity y Red Colossus abre un debate sobre el destino de los tesoros científicos y su acceso por parte de investigadores y científicos. A medida que más piezas únicas y valiosas como estas sean descubiertas y subastadas, es fundamental encontrar un equilibrio entre la propiedad privada y el interés público y científico. La comunidad científica y los coleccionistas deben trabajar juntos para garantizar que estos tesoros estén disponibles para el estudio y la investigación, y que no se pierdan en colecciones privadas inaccesibles.
El estudio de fósiles como Trinity es crucial para comprender la historia de la vida en la Tierra y cómo las especies evolucionaron y se adaptaron a lo largo del tiempo. Los fósiles de dinosaurios, en particular, ofrecen información valiosa sobre la diversidad y la biología de estos gigantes prehistóricos que dominaron la Tierra hace millones de años.
Es fundamental que se sigan realizando investigaciones y descubrimientos en este campo, y que los fósiles estén disponibles para la investigación científica. Aunque la subasta de tesoros científicos puede ser lucrativa, es crucial recordar que estos descubrimientos pertenecen al patrimonio de la humanidad y deben ser compartidos y estudiados para ampliar nuestro conocimiento del pasado.
Los coleccionistas privados que adquieren tesoros científicos como Trinity y Red Colossus tienen la responsabilidad de garantizar que estos objetos estén disponibles para el estudio y la investigación. Algunas opciones incluyen donaciones temporales a museos e instituciones de investigación, o permitir el acceso a científicos para realizar estudios y análisis.
De esta manera, se puede encontrar un equilibrio entre la propiedad privada y el interés científico y público, garantizando que estos valiosos tesoros no se pierdan en colecciones privadas, sino que sean compartidos y estudiados para el beneficio de todos.
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