Vajilla con esculturas del cuerpo humano, una obra de Ronit Baranga

La artista israelí replantea el significado de la vajilla tradicional

Porque no era suficiente que una vajilla fuese funcional, la escultora Ronit Baranga propone un diseño que la resignifica. Los platos y las tazas ahora son piezas híbridas escultóricas.

Baranga recreó una vajilla escultórica para promover un nuevo pensamiento en torno a ella con el objetivo de transformar esos objetos pasivos y funcionales en unos activos y receptivos. Estos elementos, según la artista, ahora son conscientes de sí mismos y su entorno. Por supuesto, es una atribución metafórica que ha decidido darle a sus platos. No se trata de que ahora los objetos inanimados sean conscientes de su propia existencia.

Los órganos mostrados son los mismos que empleamos cuando usamos los utensilios. Y éstos, a su vez, también son representación de los sentidos que ponemos en marcha cuando comemos.

Lejos de lo extraño que se ve y el argumento sobre un uso con reflexión, el trabajo está muy bien realizado. La arcilla, el material con el que elabora la vajilla, tiene un aspecto tradicional con la ligera variación de partes del cuerpo humano emergiendo de ella.

Ronit Baranga nació en Israel, lugar en el que radica y desarrolla sus obras. Tiene estudios en arte práctico, historia del arte, psicología y literatura hebrea. Su preparación tan amplia es lo que la ha dotado de un pensamiento más crítico y análitico, por lo que el arte que crea no es político ni religioso; de hecho emplea ideas universales que pueden entenderse en cualquier contexto.

En su Instagram comparte imágenes de todas sus obras y hay algunas muy creepy. Si aún cabe la duda, échenle un vistazo.