El artista venezolano Abdul Vas, con una intensidad visual extraordinaria, logra transmitir el poder y la grandeza de AC/DC
El discurso estético y poético que propone Abdul Vas a través de sus imágenes proviene de su diálogo permanente con AC/DC y el rock.
Se trata de una fuerza que se apodera de Vas y del público cuando las guitarras retumban en los escenarios y miles de personas expulsan el furor en un estado de catarsis absoluta y poderosa que Vas utiliza como alimento de su creatividad. Por eso el imaginario de Vas y su profusa creación de signos y narrativas, en sintonía perenne con el fascinante mundo Kipperland en donde los pollos dirigen y controlan los flujos comerciales inter-galácticos desde un portal de béisbol… O simplemente con la música de AC/DC.
“¡Sí! AC/DC es la fuerza motriz que nos mantiene moviéndonos hacia delante. Para ser el mejor, lo importante es ser uno mismo, hay diferentes tipos de grandeza, pero en mi opinión, grandeza es sentir el poder de AC/DC en las profundidades de mi alma.“
Con una intensidad visual extraordinaria logra transmitir la fuerza, el poder y la grandeza de la banda de rock duro más grande de todos los tiempos. Potenciando varias formas de expresión para su particular tributo, Abdul Vas trabaja con diferentes técnicas artísticas que van desde la escultura, pintura, collage y hasta el dibujo como intervención.
“A veces hay momentos cuando puedo tocar la grandeza eterna y mis emociones se mezclan con el poder de AC/DC. En esos instantes de pura energía, me siento verdaderamente inmortal y todo gracias a estar rodeado de aquello que me da energía. Te puedo decir que he sido inmortal durante un par de minutos con AC/DC.“
Ha establecido una relación vital entre el arte y AC/DC
Sus pinturas son un cruce de elementos estéticos: agresivos, violentos, y ostensiblemente marcados por un manejo frenético del pigmento. No obstante, destilan una elegancia y una tensión formal muy especial y única. Con la pintura es donde Vas desarrolla su poética más precisa y sosegada de poder. Ahí pone en valor este medio sorprendente para canalizar y procesar el excesivo torrente de imágenes que le rodean en su mundo.
Ha dedicado gran parte de su atención estética y de su búsqueda poética a establecer una relación vital entre el arte contemporáneo y la banda de rock n’ roll australiana AC/DC.
Es muy sintomático que la cultura contemporánea ha revitalizado, en notable simultaneidad con la democracia, dos muy antiguas instituciones: la tragedia y las competiciones atléticas. Si nuestra época pertenece a una economía basada en la competitividad, el deporte competitivo constituye el espíritu mismo de la época en que vivimos. Casi como un plebiscito de ruidos y algarabías, la fascinación por los encuentros deportivos impregna al espectador mundial de una excitación mimética y le lleva a la convicción de ser un elegido por pertenecer a un equipo determinado, así se transmuta en el gran protagonista que abandona por unas horas su lúgubre existencia.
