Akamba 2019 celebró con éxito su segunda edición. Sin duda, se trató de un festival que rindió tributo a la música y los elementos naturales. Y es que los campos de agave José Cuervo, en Tequila, Jalisco recibieron a cientos de almas que bailaron con el nutrido line up.
Las puertas se abrieron alrededor de las 3 de la tarde. El sol en todo su apogeo invitaba a comenzar este ritual bebiendo una cerveza bien fría. Mientras tanto, los escenarios comenzaban sus actividades. El escenario principal se inauguró con la actuación de Sotomayor.
Mientras parte de los asistentes comenzaban a bailar, otros cargaban pilas en el área de comida. Otros más, contemplaban el Circuito de Arte en el que las selfies eran un must al lado de las obras. Una de las más exitosas fue la del Colectivo Chilango.
La pieza en cuestión llevaba por nombre Kimera y se trataba de una serie de espejos dispuestos uno a uno que reflejaban distintos ángulos al tomar una fotografía. Por la noche, el borde de los espejos se iluminaba para crear un arcoiris luminiscente que rompía la oscuridad.
Uno de los actos con los que oficialmente se prendió el ambiente en Akamba fue el de Chancha Vía Circuito. La agrupación comandada por Pedro Canale, detonó con sus cantos folklóricos y beats electrónicos las ganas del público por comenzar a bailar.
Mientras tanto, en el escenario Ori los DJ’s Mistery Affair e Ykonosh inauguraron la parte electrónica. Poco a poco se fue abarrotando esta parte que tenía como fondo un mural de Carmín Gortez titulado TBC. Poco antes de las 21 horas, Kelela subió al escenario.
La californiana fue uno de los actos más esperados de la noche. Su aterciopelada voz en conjunción con ritmos electro y ese estilo R&B-Soul, en definitiva, nos dejaron con más de ella. Las instalaciones de Víctor Pérez-Rul, Rizoma y Mauricio Avelar iluminaron la noche con ese elemento luz en sus obras.
L’emeratrice hizo lo propio con ese estilo vintage que los caracteriza. Funk, disco y pop, esa es la fórmula mágica de su sonido. Y, a decir verdad, para entonces la gente ya andaba súper prendida con su acto. Sin embargo, lo mejor estaba por venir.
Toro y Moi nos recordó el porqué lleva más de 8 discos de estudio a lo largo de su carrera. Sus sonidos groove, pop y soul; su manera de interpretar y bailar son un mix de elementos que, juntos, resultaron en un baile masivo. Nadie absolutamente pudo evitar moverse con su música y su presencia en el escenario.
David August arribó al escenario para mostrar al público un sonido experimental que por momentos se tornó en un deleite auditivo de principio a fin. Los imperdibles de la noche fueron Stavroz, el conjunto de músicos que nos mostró un sonido electrónico en su nivel más orgánico.
No hay duda, esta banda fue el plato fuerte de la madrugada. Y vaya que para aquella hora aún había mucha energía. Finalmente, Romare cerró esta segunda edición de Akamba con una presentación emotiva. Continuó con esta última tanda de beats electrónicos. Por su parte, los asistentes no dejaron de bailar sabiendo que el festival llegaba a su fin.
Akamba 2019 fue libertad y gozo en sus máximas expresiones. Sin duda, es uno de los festivales más importantes en Guadalajara. Y lo seguirá siendo gracias a la calidad en su logística, organización y, por supuesto, gracias a los artistas que hicieron de esta noche, un suceso simplemente mágico.
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