Carrie Reichardt retoma uso de la artesanía y el arte como protesta
Carrie Reichardt es una artista inglesa que hace de los mosaicos su manera de expresar sus puntos de vista políticos y sociales. Las calles representan para ella una oportunidad para poner los problemas actuales sobre la mesa; un medio por el cual incentiva al público a pensar.
Un material tan simple como lo es un mosaico de porcelana da forma a un discurso de imágenes que nunca pasan desapercibidas. Las parodias de la artista son una diatriba contra las clases sociales imperantes y las reglas que las mismas establecen.
Reichardt estudió cerámica durante aproximadamente una década y también aprendió sobre impresión. La combinación de estos dos conocimientos sumados a un discurso disidente colocan el trabajo de la artista entre uno de los más políticos del street art.
No obstante hay un dato curioso en la biografía de Carrie, pues ella proviene de una familia de excéntricos aristocráticos.Su abuelo, Joseph Reichardt, poseía propiedades en el Imperio austriaco. Trabajó para el zar de Rusia durante la Primera Guerra Mundial y recibió el título de Conde antes de huir de la Revolución Rusa.
Habilidad técnica e ideología: los dos pilares en el trabajo de la artista
Por otro lado, Carrie obtuvo un título en Bellas Artes en la Universidad de Leeds y tiene una carrera que abarca muchos medios, incluyendo cine, performance y escultura. Desde su perspectiva el uso de los mosaicos de porcelana aluden a “un uso radical de las cosas tradicionales”.
Su primera exposición individual, titulada Mad in England, permitió a la artista mostrar al mundo sus posicionamientos políticos a la vez que mostró la versatilidad de los mosaicos. Cada obra se caracterizó por los eslóganes contundentes y declaraciones políticas.
La artista se involucró personalmente con los horrores del sistema penal estadounidense, pues sostuvo cercana comunicación con algunos reclusos condenados a muerte y presos políticos. En este sentido, sus intereses se volcaron a exponer la condición humana.
Uno de los proyectos que le permitió reflejar este punto fue la pieza The Tiki Love Truck comisionada por Walk the Plank. Misma que fue una obra homenaje a uno de sus amigos condenado a muerte John Joe Amador Ash. La obra la hizo acreedora del premio The Makeover, por la decoración o característica aplicada más original o impresionante.
Reichardt ha hablado públicamente sobre el uso de la artesanía y el arte como protesta. En este sentido, su obra se inserta dentro del activismo político. Ella es la la prueba fehaciente de que el arte es la búsqueda de la justicia y la libertad. Finalmente, puedes encontrar más de su obra a través de su Instagram oficial.