Cerca de 1,200 casas fueron pintadas por Huang Yung-fu para salvar esta aldea
Huang Yung-fu es el último residente de un pueblito en Taiwán al que ha salvado de la destrucción. Esto a través del arte, convirtiendo su adea en un gran atractivo turístico con una gran historia.
Este pueblito se origina después de la segunda Guerra Mundial. Así mismo de la lucha en la que participó en contra del gobierno comunista de Mao Zedong. Éste se construyó para refugiar a las fuerzas armadas y sus familias de forma temporal.
Sin embargo, para Huang esto no fue así, ya que hasta ahora es el único habitante que queda. Esto por el factor natural de que las familias se mudaron o fallecieron.
El complejo cuenta con un total de mil 200 casas donde los veteranos formaron una gran familia. Esto creó una gran importancia dentro de la vida de Yung-fu, que ahora es conocido como el abuelo arcoíris.
Hace 10 años, el gobierno de Taiwán decidió tirar este complejo de hogares por solo contar con un habitante. Este era Huang Yung-fu, quien entró en un dilema por no querer mudarse ya que ese era su hogar.
A pesar de que el gobierno indemnizaba con una buena cantidad a Huang para que iniciara desde cero. Él buscó otra alternativa para mantener su estadía y la aldea de pie, es ahí cuando comenzó a pintar.
Primero inició con un ave en la fachada de su hogar, posteriormente fue pintando más animales. Gatos, peces y personas, todos dándole vida de forma peculiar a la aldea.
Para 2010 su historia llegó a oídos de un joven, que gracias a Internet, creó una campaña para ayudarlo. En esta se incluían desde recursos para pintar hasta una petición para conservar la aldea.
Después de haber pintado gran parte de la aldea y darle un giro diferente el gobierno decidió mantenerla. Convirtiéndose así en uno de los atractivos turísticos más coloridos del país.