Un futuro en manos de la IA
Yuval Noah Harari, el prestigioso historiador y catedrático israelí, ha expresado en diferentes medios, su preocupación por el futuro de la humanidad ante el avance imparable de la Inteligencia Artificial (IA) y tecnologías como ChatGPT.
En este artículo, analizaremos sus temores y opiniones sobre cómo la IA podría afectar nuestra vida cotidiana y el rumbo de la sociedad en general y que llevaron a Noah Harani a firmar la carta de varios expertos, incluido Elon Musk, que pedía una suspensión en la investigación de software como Chat GPT.
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La amenaza de la IA en el ámbito cultural y artístico
Entre algunas de sus conclusiones, Harari sostiene que la Inteligencia Artificial es la primera tecnología de la historia capaz de crear historias, lo cual supone un poder sin precedentes para manipular el discurso público. Ejemplos como la entrevista generada por IA a Michael Schumacher o las falsificaciones digitales sintéticas que imitan a amigos y familiares nos hacen reflexionar sobre cómo la IA podría llegar a dominar nuestras conversaciones e influir en nuestras decisiones.
“La nueva generación de IA no solo está difundiendo el contenido que producen los humanos. Puede producir el contenido por sí mismo. Trata de imaginar lo que significa vivir en un mundo donde la mayoría de los textos y melodías y luego las series de televisión y las imágenes son creadas por una inteligencia no humana. Simplemente no entendemos lo que significa”, señaló.
Los riesgos para la democracia y la libertad de elección
Por otro lado, Harari asegura que la Inteligencia Artificial representa una amenaza particularmente grave para las democracias, ya que éstas dependen de la conversación pública. La manipulación del discurso por parte de la IA podría poner en peligro la esencia misma de la democracia, al distorsionar la información y las opiniones que circulan entre los ciudadanos.
Como argumento para su hipótesis, el catedrático mencionó que “el régimen nazi se basó en tecnologías como trenes, electricidad y radios. No tenían herramientas como la inteligencia artificial”. Lo que podría pronosticar “un nuevo régimen en el siglo XXI tendrá herramientas mucho más poderosas. Así que las consecuencias podrían ser mucho más desastrosas. Esto es algo que no sé si la humanidad puede sobrevivir”.
El impacto en el mercado laboral y la vida cotidiana
El historiador también advierte sobre las consecuencias que la IA podría tener en el mercado laboral, ya que millones de personas podrían ser consideradas inútiles por el sistema económico. Esto generaría una crisis de identidad y autoestima para aquellos que queden relegados, con graves repercusiones políticas y psicológicas.
Recopilación de datos
Yuval Harari también mencionó sus preocupaciones en torno a la tecnología y la recopilación de datos. En lugar de especificar una tecnología en particular, Harari se concentra en las ideas detrás de la recopilación de datos y los algoritmos poderosos. IBM ofrece una visión más detallada de la historia de la inteligencia artificial, incluida la famosa pregunta de Alan Turing: “¿Pueden las máquinas pensar?”. Según IBM, la inteligencia artificial es simplemente un campo que combina la ciencia de la computación y los “conjuntos de datos robustos” para resolver problemas.
En la actualidad, muchos de nosotros usamos dispositivos como smartphones y relojes que registran todas nuestras acciones y interacciones, incluso cómo movimos nuestras extremidades durante el día y cómo dormimos por la noche. Además, con tecnologías como Neuralink, algunas personas están dispuestas a reducir aún más la distancia entre ellos y la recopilación de datos.
Tres principios para garantizar la seguridad y responsabilidad en el uso de la IA
Harari propone tres principios que podrían ayudar a asegurar que la IA se utilice de manera responsable y segura:
- Los datos deben utilizarse para ayudar y no para manipular.
- Las empresas o grupos con poder para vigilar deben ser vigilados a su vez.
- Los datos no deben concentrarse en un solo lugar, lo cual podría conducir a la dictadura.
La responsabilidad de los gobiernos y la necesidad de supervisión
El historiador sostiene que es tarea de los gobiernos garantizar que se sigan estos principios y se supervisen las acciones de las empresas tecnológicas. Los líderes de estas empresas no son elegidos democráticamente, y no hay razón para confiar en ellos por encima de los intereses de la sociedad en su conjunto.
La visión de Harari sobre el futuro de la humanidad ante el avance de la IA es inquietante, pero también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la regulación y la supervisión en el desarrollo de estas tecnologías. Solo así podremos garantizar que la IA se utilice de manera responsable y segura, y que sus beneficios se extiendan a toda la sociedad sin comprometer nuestra libertad y democracia.
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