El arte no tiene barreras, prejuicios, ni es exclusivo y una prueba de ello es lo que están creando los miembros de Kolëctiv.Feat
Desde el Reclusorio Norte en México emerge el arte de Kolëctiv.Feat, un grupo de 16 artistas pertenecientes a la comunidad de reclusos quienes adoptaron el arte como una nueva forma de vida.
Y es que, cuando se vive un encierro así, el arte funge como un arma libertaria, capaz de ser un motor de expresión que redefine la vida de los presos. Ya sea para explorar su creatividad o para no enloquecer mientras cumplen su condena, el arte siempre será una alternativa para (re) conocerse.
Un ejemplo de ello, es la Casa de Medio Camino, un proyecto que está gestándose a partir de la liberación de Manuel Álvarez, integrante del colectivo, quien decidió dar continuidad a su preparación artística fuera de la cárcel. Estos logros sucedieron gracias a la artista Lulú Sánchez Puig, quien, desde marzo de 2017, se encarga de impartir el Taller de Expresión Artística.
En otras palabras, la pintura comenzó un diálogo con los reclusos y ex reclusos quienes iniciaron el proyecto de Kolëctiv.Feat preguntándose qué es la libertad. A partir de esta idea, el trabajo artístico tomó forma y cada uno de los 16 artistas desarrolla su obra a partir de esta y otras inquietudes.
Lo mejor de todo es que actualmente este colectivo unió fuerzas junto a Cultura Comunitaria, un programa de la Secretaría de Cultura en pro del derecho a la cultura de personas, grupos y comunidades. Al final, la transformación social, la inclusión en la vida cultural y el desarrollo de las habilidades artísticas son los principales objetivos.
Finalmente, el Kolëctiv.Feat tiene obras de exposiciones y las generadas en el taller a la venta. El 80% de la ganancia por cuadro va directamente al artista que pintó la obra; y un 20% para la gestión del proyecto. Cabe mcnionar que se puede obtener más información al respecto a través de sus redes sociales. ¿Vieron también la pieza que hizo JR con algunos reclusos?