Las siguientes obras demuestran que el erotismo puede ser una obra de arte
Uno de los temas más controvertidos en el arte es el erotismo; tanto por la recepción del espectador ante el desnudo, como por el contexto histórico en que se crearon. Un género artístico dedicado a mostrar la anatomía que caracteriza al cuerpo de manera pictórica o plástica.
En una pintura, la composición armónica tanto como su simbolismo pueden darles un título de obra de arte. En las que aquí presentamos el erotismo juega un papel primordial; y en algunos casos, fueron las piezas más censuradas.
Rostro del gran masturbador (1929) de Salvador Dalí
Fue en el año de 1929 cuando se creó este cuadro. En un verano en el que Salvador Dalí regresaba de filmar “El perro andaluz”, obra que, por cierto, se dice que fue dedicada a García Lorca de manera peyorativa. En aquel viaje conoció a Gala Éluard, su primera y única gran musa.
Y es la imagen de esta mujer la que se muestra en Rostro del gran masturbador, un símbolo claro de sus fijaciones sexuales. Curiosamente, su pasado está empapado de (auto) censura, pues de pequeño sufrió un trauma con la imagen corpórea que le causaría de adulto una repulsión al contacto sexual.
Las proporciones dispares y la paleta de luces y sombras denotan las obsesiones y temores del artista. En ella se ve a una mujer a punto de hacer una felación al cuerpo que se encuentra a su derecha. Además se trata de las primeras obras que pintó cuando comenzó su etapa surrealista.
La tentación de San Hilarión (1857) de Octave Tassaert
El artista parisino Octave Tassaert pintó esta obra maestra donde se presenta a San Hilarión como el eje central de la ejecución. Todos los cuerpos que se sitúan arriba de su persona representan los pecados y placeres que lo persiguen.
Las mujeres desnudas flotan tocándose de manera casi imperceptible. Los cuerpos danzan en la noche dentro de lo que parece una caverna. San Hilarión se encuentra arrodillado en pos de plegaria. Resulta clara la complejidad de la pieza, pues las texturas, colores e historias se intrincan para construir la narrativa.
Y contrario a lo que se pudiera pensar la pintura careció de éxito al no ser aceptada con admiración. De hecho, se dice que esto fue la causa del suicidio del artista en 1874.
Desnudo femenino de Egon Schiele
Sin duda, uno de los referentes obligados en esta categoría es Egon Schiele pues con su trabajo dio una identidad sexual y moderna al arte hecho en Austria. La mayor parte de su trabajo muestra cuerpos desnudos femeninos. Muchos de ellos recostados. Este en especial causó gran revuelo por lo explícito de su composición.
De hecho, Reino Unido y Alemania presentaron la negativa ante la exposición del artista en dichos países. Más aún, se negaron a exponer las imágenes de tales desnudos en las vayas publicitarias y en las paredes enteras de edificios.
La pieza tal parece que representa el deseo sincero y la lujuria sexual de hombres y mujeres de principios de siglo XX. Por supuesto, en su época su obra fue tachada de pornográfica. Hoy, los cuadros del modernista vienés son piezas de alto valor estético, y esta pieza es un claro ejemplo.
El sueño de la mujer del pescador (1914) de Katsushika Hokusai
Por supuesto no podemos dejar del lado el arte oriental, específicamente el del conocido autor Katsushika Hokusai con El sueño de la mujer del pescador. Su pieza evoca a una mujer acostada en el piso teniendo relaciones sexuales con dos pulpos. El grabado pertenece al estilo ukiyo-e.
Las criaturas la arrastran hasta la roca donde el animal más grande le practica sexo oral a la mujer, mientras que el pequeño besa su diminuta boca. A la imagen la acompaña un texto con diálogos en el que los tres personajes interactúan.
De hecho, las relaciones entre mujeres y pulpos son un tema recurrente en el erotismo de algunas obras. En el caso de Kitao Shigemasa quien 30 años antes escribió una obra de una buceadora que se sumergió en el mar y resultó inmiscuida en eróticos resultados.
La Femme Damnée (1859) de Octave Tassaert
De todas las obras aquí presentadas quizá La Femme Damnée de Tassaert sea una de las más controvertidas. Su obra estuvo siempre envuelta en el escándalo pues sus pinturas a menudo ironizaban acerca de una sociedad burguesa hipócrita.
Es el caso de esta pieza que refleja los tabúes de la sociedad. De hecho, esta pieza provocó que su autor fuera poco considerado dentro de los pintores talentosos de su época, pues explícitamente mostraba una blasfemia en los ojos del burgués conservador.
La mujer representa a Venus quien es besada por sus tres orificios corpóreos; la boca, la vulva y los pechos. Muchos creen que quienes la besan no son hombres, sino mujeres. Mejor dicho, está abierta a interpretaciones, ya que al estar los tres de espaldas o perfil jamás muestran su verdadero sexo.
Una pieza maestra que implica muchas connotaciones. La más evidente es una oda al placer. El erotismo, una experiencia humana inefable.
“El erotismo está en la aprobación de la vida hasta en la muerte”
Georges Bataille