Javier Aguilera y el arte de reinterpretar la vida
Javier Aguilera es un artista nacido en Madrid, España. Su interés por la escultura nace de una indómita inquietud por entender los problemas del hombre contemporáneo. Su trabajo va mucho más allá de lo que a primera vista podemos contemplar. De hecho, la carga simbólica de cada una de sus piezas conforman un corpus artístico que subyace más allá del objeto hiperrealista.
El cuerpo humano se convierte en territorio no explorado en su totalidad bajo la mirada del dolor. Por ello, en muchos de sus trabajos nos presenta corporalidades flageladas. Extremidades golpeadas; sangre que emana de los tejidos; y sudor causado por un gran esfuerzo físico. Todos estos elementos dan voz a ese mensaje narrativo que no es más que la representación de la vulnerabilidad humana.
Algunas esculturas se caracterizan por presentar reminiscencias del anime, la cultura pop nipona, el estilo caricaturesco de los cómics, etc. Por otro lado, el universo de Javier Aguilera se entreteje con un suntuoso realismo capaz de consternan la mirada del espectador.
En algunos casos, sus esculturas son la efigie ideal de la soledad, el dolor, el miedo y todos aquellos sentimientos que hacen endeble al espíritu. Otras tantas son una ironía de los dilemas y problemáticas actuales, siempre con ese toque oriental.
“El arte europeo actual se ha vuelto más aburrido, mientras que el japonés es más chocante, muy fresco y divertido, mezclando por ejemplo lo humano con el mundo de los robots. Eso inspira parte de mi obra“, comentó en una entrevista.
Los materiales más recurrentes en sus creaciones son la cerámica, resina, fibra de vidrio y terracota. Sin duda, lo que más cabe resaltar del arte de Aguilera es su increíble capacidad de dotar de emociones a cada escultura. Las cuales quebrantan el mero acto de contemplar una obra de arte.