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A estos socios del falso SUPREME ya se les acabó su minita de oro

Durante la edición de 2016 de la feria bianual de Florencia, donde los buscadores de tendencias se empapan de lo último en moda masculina, un par de jóvenes socios comenzaron con un proyecto que gritaba plagio a los cuatro vientos.

Y es que en los diseños de las sudaderas y gorras se podía leer la palabra Supreme en letras blancas sobre un fondo rojo brillante. El problema es que los sombreros y las sudaderas no fueron hechos por la marca de ropa urbana de Nueva York. Más bien, el trabajo lo hizo una empresa italiana que había copiado la apariencia y el logotipo de Supreme. Una imitación descarada.

Lo más impresionante fue que los socios italianos presentaron solicitudes de marca registrada en varios países. No obstante, Chapter 4 Corp., el propietario de la marca real, aún no había obtenido su registro. Acto seguido, la empresa italiana comenzó a fabricar productos Supreme falsos pero aparentemente legales en Bisceglie, un pequeño puerto pesquero en el mar Adriático.

Como dato curioso, debemos decir que las marcas comerciales deben registrarse país por país. Entonces, incluso si tu marca es conocida y no atiendes este procedimiento existe el riesgo de que alguien más lo haga.

Retomando el tema, Michele di Pierro, fundador del fake SUPREME registraría millones de euros en ingresos, mientras que en su página de Facebook publicaba selfies de viajes en primera clase.

La bomba ya estaba por explotar

En 2017, di Pierro abrió tiendas en España. En Barcelona, ​​por ejemplo, tenía una sucursal en el centro de la ciudad que desde fuera se parecía mucho al original de Nueva York. No obstante, Chapter 4 Corp. contrató a un investigador privado para que investigara a di Pierro y lo denominó como “competencia parasitaria”.

Cuando los tribunales italianos ordenaron la incautación de productos de la marca Supreme de las tiendas y almacenes de di Pierro, la empersa fake cerró su operación en Italia pero mantuvo sus puntos de venta en España y China. De acuerdo con The Fashion Law, los autores intelectuales detrás de las tiendas falsas de Supreme fueron condenados a prisión y a pagar poco más de 10 millones de dólares en daños.

El juez de circuito, Martin Beddoe, sentenció a los dos culpables de dos cargos de fraude y añadió que el dúo “secuestró cada faceta de la identidad [de Supreme] y la plagió”, calificando su negocio de “descarado”, “ofensivo” y plagado de “deshonestidad”. ¿Ustedes qué piensan? ¿Lo tenían merecido?

Y ya que andamos en temas de Supreme…¿vieron la chulada de zapatos que sacaron junto a Dr. Martens?